BALANCE DEL PRIMER AÑO DE LA COMISIÓN VON DER LEYEN: UN PASO HISTÓRICO

Von Der Leyen

Está pasando desapercibido en los medios de comunicación el aniversario del primer año de la Comisión Von der Leyen, que se cumplió el 1 de diciembre de 2020, y, por tanto, también su evaluación. Llama la atención esta ausencia de comentarios y en casos contados solamente para reflejar las desavenencias internas, de tal manera que los árboles no están dejando ver el bosque.

Consideramos que asistimos precisamente a una de las actuaciones más significativas y de mayor alcance de una Comisión Europea en los casi 70 años de vida de la construcción europea.

Esto es debido a que la Comisión ha hecho frente, con audacia, a las consecuencias sanitarias, económicas y sociales del covid-19, a la vez que está cumpliendo con su programa, especialmente en la lucha contra el cambio climático, la agenda digital europea, el refuerzo del modelo social y el robustecimiento de su papel en el mundo, gracias a la nueva legitimidad del ciclo político desde las elecciones de mayo de 2019 donde la pandemia está jugando como un catalizador para la aplicación del programa.

Normalmente, cuando existe un problema de gran dimensión termina tapando la agenda prevista e impide la realización de su programa. Ahora está pasando lo contrario, debido a que, por un lado:

a) La pandemia está acelerando los procesos políticos tanto internos como internacionales que ya estaban incipientes, y que no acababan de mostrar toda su intensidad.

b) Para hacer frente a estos extraordinario desafíos normalmente se necesitan Gobiernos de concentración. En este caso la Comisión Von der Leyen era ya un Gobierno de coalición formado por populares, socialistas y liberales, e incluso un verde.

c) Además este Gobierno de concentración que es la Comisión goza de una enorme legitimidad, ya que fue apoyado por el Parlamento Europeo en su sesión del 28 de noviembre de 2019 con más del 70% de los eurodiputados presentes, que eran más del 60% del total.

d) Las prioridades contenidas en el programa de la Comisión del 28 de noviembre de 2019 están demostrando que estaban bien diseñadas y que correspondían a una demanda social efectiva y a las necesidades, tanto internas como internacionales, que debiera de abordar esta Comisión.

Personalmente no me gusta utilizar la expresión de “hecho histórico” cuando estamos analizando un fenómeno de actualidad, como en este caso, al valorar el trabajo de la Comisión a lo largo del 2020. Creo que no lo he hecho nunca a pesar de las numerosas publicaciones que he realizado a lo largo de mi larga vida. Sin embargo, intentando recordar los hitos fundamentales de la construcción europea durante esos más de 40 años que vengo analizando la misma, me cuesta trabajo encontrar una decisión en la que la Comisión haya sido la protagonista y que tenga el mismo nivel; posiblemente es únicamente comparable con la propuesta de Delors para crear la Unión Económica y Monetaria, es decir, poner en marcha el euro. Me atrevo a decir que este primer año de la Comisión va a representar un hito histórico debido a cinco razones:

I) Es la respuesta a un hecho sin precedentes desde hace más de un siglo, con la famosa “gripe española” de 1918, ya que la pandemia que viene expandiéndose a lo largo de este año está tomando dimensiones internacionales de gran magnitud, con más de 60 millones de infectados y más de 1,5 millón de fallecidos, según las cifras oficiales, que seguramente sean bastantes más. Y, sobre todo, sin ningún control a nivel internacional que dé resultados.

II) Las decisiones adoptadas se basan en un compromiso federal y son de una enorme magnitud como consecuencia de un gran consenso entre las instituciones, ya que fue iniciativa del Parlamento Europeo, propuesta muy audaz y sin precedentes de la Comisión Europea, donde ésta ha jugado un papel central, y acuerdo del Consejo Europeo limitando y frenando, en parte, la audacia de la Comisión.

III) Gracias a estas medidas en la Unión Europea se está estabilizando la segunda ola de la pandemia y, además, las consecuencias sociales y economías son mucho menores que en otros lugares, especialmente si lo comparamos con los Estados Unidos donde a pesar de ser un sistema federal no han funcionado federalmente. La Unión Europea, sin embargo, que es un sistema de federalismo intergubernamental, sí que está funcionando federalmente.

IV) Es también innovador la forma de conseguir la creación del Fondo de Nuevas Generaciones ya que se obtiene a través de un empréstito internacional vinculado al Plan Financiero Plurianual que casi dobla el presupuesto al situarse en torno al 1,8%, y está dirigido a las nuevas generaciones europeas que están sufriendo importantes tasas de desempleo juvenil; con el objetivo de incorporarlas al proceso político, pues serán además las que tienen que devolver la deuda para antes de 2058.

V) La magnitud y la innovación de este Plan de Recuperación va a exigir una nueva gobernanza del sistema institucional que tendrá que plantearse en la inminente Conferencia sobre el Futuro de Europa, que deberá proponer la reforma de los Tratados avanzando en la parte federal del modelo de federalismo intergubernamental en que nos encontramos. Para ello deberá plantear la reforma de las instituciones y la ampliación de las políticas comunes, como la de la lucha contra la pandemia.

En todo caso, que el papel de la Comisión Europea en unos años posteriores se perciba como histórico dependerá en la medida en que, posteriormente, no se alcancen decisiones de todavía mayor alcance y muy próximas en el tiempo como puede ser la reforma de los Tratados o la aprobación de un nuevo tratado que estará vinculado a estos relevantes avances. Pero, en todo caso, la génesis de estas decisiones históricas está ya tomada y protagonizada por la Comisión Von der Leyen durante este año.

Debo también señalar la relevancia de la dimensión internacional que está teniendo la acción de la Comisión Europea y de su Alto Representante, reforzando su papel en el mundo ya que, desde la Comunicación del 8 de abril de 2020, la UE tomó la iniciativa, casi en solitario, a través de la creación del “Team Europe” señalando unas líneas estratégicas que hiciesen frente a la lucha contra el covid-19 a nivel internacional. Esta acción ha tenido enorme repercusión a lo largo de los últimos ocho meses, convirtiéndose en gran medida, por ello, la Unión en el actor internacional imprescindible en la lucha contra la pandemia.

Esto es debido, precisamente, a que reúne las condiciones necesarias al ser la primera potencia sanitaria, comercial, en cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria. Y, por tanto, es la que está ejerciendo la responsabilidad de dirigir una propuesta de cooperación multilateral que, hasta ahora, está resultando completamente insuficiente por la falta de apoyo del resto de actores internacionales y, con ello, reforzando su liderazgo mundial. Sobre este marco trata precisamente el libro recién publicado desde el Movimiento Europeo, titulado La Unión Europea y la pandemia mundial. Un actor imprescindible en la nueva y necesaria gobernanza mundial (Madrid, Catarata, 2020), que es consecuencia del curso de verano que solemos organizar en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, pero que en este caso se celebró en su sede de la Línea de la Concepción (Cádiz).

A lo largo de nuestra newsletter vamos a aportar una vez más documentación y distintos artículos y trabajos que precisamente completan la relevancia y las decisiones que se han tomado en la Unión Europea, especialmente durante el último mes.

Madrid, 4 de diciembre de 2020
Francisco Aldecoa Luzárraga
Presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo
Catedrático de Relaciones Internacionales en la UCM
faldecoal@gmail.com

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