Apuntes sobre la pasada cumbre europea: Atenas-Berlín y… Van Rompuy. Por Alfonso Sánchez

logoasoc-02El mensaje ha quedado claro, quieran o no enterarse los mercados, los sindicatos griegos y el resto de países del euro que pasan por dificultades: Alemania exige disciplina y a cambio ofrece solidaridad política, que a la espera de mayores concreciones no se sabe muy bien en qué consistiría, aunque el mensaje implícito es que no dejarían llegar a Grecia hasta la quiebra y la consiguiente suspensión de pagos. Alemania y Francia se han puesto al frente de un acuerdo lleno de misterio y ambigüedad para contrarrestar los ataques especulativos contra la deuda de Grecia, y lo han hecho, entre otras razones, porque gran parte de la deuda del país heleno, y de otros países susceptibles de seguir su senda, está en poder de sus bancos, de Alemania y Francia. La cumbre extraordinaria (o informal) del Consejo Europeo de este jueves se limitó a escenificar para la prensa una decisión que Berlín y París ya habían prácticamente cerrado horas antes, después de hablar con Papandreu , el primer ministro griego, y que éste entonara un sincero mea culpa y propósito de enmienda: acabar con la laxitud  fiscal, no más mentiras sobre los datos de la economía griega y mayor esfuerzo en la persecución de los delitos contra el fisco y la corrupción. Grecia se compromete a cumplir sí o sí con el objetivo de reducir el déficit público este año en un 4 por cierto, cumpliendo las medidas anunciadas por Papandreu, en trámite de discusión en el Parlamento griego, más “otras adicionales que pudieran ser necesarias”, según rezaba el comunicado oficial de la cumbre. El mandato es de cumplimiento obligado y Papandreu parece dispuesto a que no le tiemble el pulso ¡así arda Troya!.., o Atenas, que es donde se verán las próximas llamas. Sólo así habrá rescate. De momento al gobierno griego le fiscalizarán las cuentas entre la Comisión, el BCE y hasta el FMI podría aportar apoyo técnico. Menos mal que “no ha pedido ayuda financiera”,  como reiteraban los líderes europeos para justificar que no se haya decidido una ayuda financiera directa, porque si lo hubiera hecho hoy el gobierno heleno lo formarían directamente los funcionarios de la Comisión o ¿del FMI?.

De manera tangencial, o casera, por llamarlo de algún modo, ha sido motivo de comentario generalizado en la prensa nacional la ausencia del presidente del gobierno español, Rodríguez Zapatero, en la foto del acuerdo sobre Grecia. En esa foto, además de los presidentes del Consejo Europeo, Van Rompuy, de la Comisión, Durao Barroso, y del BCE, Jean Claude Trichet, aparecen, arropando a Papandreu, Merkel y Sarkozy. ¿Tenía que estar Zapatero en esa foto? Pues depende, y me inclino a pensar que no. Como presidente semestral del Consejo de la UE podría haberse hecho un hueco, pero si su intención es no restarle visibilidad a van Rompuy, el presidente permanente, para que vaya adquiriendo el protagonismo que le otorga el Tratado de Lisboa, actuó correctamente. De hecho a nadie sorprendió que al final de la reunión del Consejo Europeo los que comparecieran ante los periodistas fueran Van Rompuy y Barroso. Formalmente, quienes no pintaban nada en la foto citada eran Merkel y Sarkozy, pero ¡ojo!, digo formalmente, pues a nadie se le escapa que entre ambos cocinaron el acuerdo, con la mediación, más importante de lo que se ha resaltado, de Van Rompuy, y la opinión del presidente del BCE. Las cosas son como son y el eje franco-alemán marca el paso en la zona euro, como se vio en su día cuando decidieron flexibilizar el Pacto de Estabilidad porque su déficit les impedía cumplirlo. O cuando allá, en 2002, pactaron Chirac y Schröeder los datos económicos de la ampliación sin que la presidencia de turno, danesa en aquel semestre, apareciera en escena.

 

Pero volvamos sobre la ausencia de Zapatero de la foto del acuerdo. Si hubiera optado por salir en ella (lo que un pequeño esfuerzo diplomático habría conseguido, queremos imaginar), ¿qué conclusión hubiera sacado la prensa hipercrítica con el gobierno socialista, la que ha preguntado hasta la saciedad si España con la situación económica que atraviesa estaba autorizada a presidir la UE? Aventurar la respuesta es fácil. Dado que en la foto estaba Papandreu, el rescatado, por cierto el mismo que tenía a su lado en Davos, una imagen que tanto se ha lamentado, la conclusión es una nueva identificación, Grecia=España. El problema de esa foto es que hay demasiada gente en ella. Y el que tiene un problema es Van Rompuy, no Zapatero. Merkel y Sarkozy, que el jueves 5 de febrero en París renovaron su pacto para crear una Europa fuerte a partir de su alianza, no están por el momento dispuestos a actuar entre bambalinas y dejar al presidente permanente, Van Rompuy, que sea la cara visible de la UE. Quizás por eso lo nombraron… quién sabe.

POSDATA

De esta cumbre ha quedado la impresión de que a causa de la crisis se ha dado un paso importante de cara a crear un “gobierno económico europeo”.  Habrá que verlo. Esta melodía nos suena. En pleno estallido financiero, mientras se rescataban bancos, se daba por seguro un nuevo marco regulador global, hasta se pedía refundar el capitalismo (Sarkozy dixit), pero ha sido calmarse las aguas para que ya no esté tan claro que haya que tocar nada. Truena y nos acordamos de Santa Bárbara. Llega la calma, el buen tiempo, y todos a la playa… aunque no sepamos muy bien como lo pagaremos después.