No se puede (ni se debe) intervenir TV3

Publicado originalmente en Periodismo Global, la otra mirada.

tv3 k71e 620x349abcLa aplicación del art. 155 de la CE para intervenir la autonomía de Cataluña es un fracaso colectivo del que España tardará muchos años en recuperarse. Se sabe como se entra (a veces me parece que ni siquiera eso), pero no se sabe como se sale.

Entre las medidas anunciadas, la posible intervención de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales  (CCMA) ha generado una condena casi generalizada entre periodistas y organizaciones sindicales de Cataluña y el resto de España.

El argumento más repetido es que sería como poner a la zorra a cuidar el gallinero: el gobierno Rajoy ha hecho un uso partidista de RTVE, como acreditan las reiteradas y documentadas denuncias de los consejos de Informativo de la Corporación. Pero prácticamente nadie ha recurrido a argumentos jurídico, que en este caso son esenciales.

Independentismo es egoísmo. Una visión europea

independentismo y egoismoLo he dicho aquí alguna vez pero creo que hay que repetirlo. Los medios europeos, alemanes y británicos, también los norteamericanos, han comprado las tesis del independentismo catalán vía emoción. Tienen una narrativa potente. El gobierno de Madrid carece de ella.

Vende mucho la imagen de los pobres jóvenes, con la boca tapada con esparadrapo, que aunque llenan las calles, no tienen libertad de expresión, de las banderas, de los rostros cargados de esperanza en un futuro pleno de una libertad y una justicia social nunca vistas, ni siquiera en Londres o en Berlín. Las utopías son hermosas.

Pero en los días-valle, cuando no pasa nada cuando no hay fotos, marchas, acciones y represiones, aparecen los artículos reflexivos sobre la situación. Se empieza a tener en cuenta la razón, la reflexión, sobre la emoción fugaz.

Para decir esto me apoyo en un artículo publicado en uno de los dos grandes semanarios alemanes, Die Zeit (el otro es Der Spiegel) una publicación ligada a la gran tradición socialdemócrata, la de Helmut Schmidt, hoy abierta a un público joven, pero que se lee con atención en la mesas del poder político y económico.

Bajo del título “Rituales de sacrifico”, el historiador Herfried Münkler, profesor de Historia política en la Universidad Humboldt de Berlín, reconoce que no es fácil retirar a los catalanes y otros pueblos de Europa el derecho a la independencia.

¿Existen similitudes entre Cataluña y la fragmentación yugoslava?

 

catalunyaTodo lo que puede aprenderse de la experiencia de Yugoslavia.

Un sector de la opinión pública asume que Estados Unidos planeó acabar con Yugoslavia. En realidad, la administración estadounidense preguntada por este extremo antes de la independencia de Eslovenia y Croacia, vino a decirle a los líderes locales que ellos defenderían la democracia y también la unidad de Yugoslavia, pero que si había que elegir entre una de las dos, se decantaban por la democracia. Un mensaje que venía a legitimar las democracias étnicas y, por ende, los independentismos que se habían hecho valer con las primeras elecciones multipartido en Yugoslavia.

La situación en Cataluña ha despertado los paralelismos con los Balcanes, porque en esencia los secesionismos, secesionismos son. En política no se puede evitar que una de las partes interesadas alegue precedentes, y por ese motivo se ha abierto de nuevo el debate entre democracia y unidad nacional al calor de la situación en Cataluña. Sin embargo, ¿cuánto hay de verdad en la comparación entre la situación vivida en Yugoslavia y la que se afronta en Cataluña?

Terremoto en Berlín, grado seis en la escala política

berlinÉrase una vez un país, una potencia, que llevó a la humanidad a la tragedia más grande que vivieron los tiempos. Una vez derrotado,

el país fue dividido en cuatro zonas de ocupación. En el Occidente, los EEU, el Reino Unido y Francia permitirían la formación de la que sería muy próspera, muy pacífica y muy democrática Republica Federal.

La capital se instaló en Bonn, “la aldea federal” un pequeño pueblo universitario que fue ejemplo de modestia y de serenidad para el mundo. Konrad Adenauer, el padre de la nueva RFA que odiaba todo lo prusiano, consideraba que Alemania debía ser dirigida desde una aldea y puso la capital provisional, hasta que se consiguiera la reunificación, donde tenía la casa de veraneo cuando era alcalde de la cercana Colonia.

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