Alexis Tsipras, el griego que desafía a la UE
- Creado: Martes, 19 Junio 2012 21:18
- Publicado: Martes, 19 Junio 2012 21:18
- Escrito por Por Sergio Delgado
Por Por Sergio Delgado, publicado originalmente en Euroxpress
Podría ser el nuevo primer ministro griego, si se cumplen los pronósticos de los sondeos, y Europa ha echado a temblar. El líder de la coalición de izquierdas Syriza, Alexis Tsipras, ha puesto a la UE contra las cuerdas. Defiende una Grecia dentro de la eurozona, pero rechaza los duros términos del rescate europeo, pide la anulación de la deuda griega y exige más soberanía para su país. Más al fondo, sus ideales antineoliberales chocan contra los cimientos básicos de la Unión.
El próximo 17 de junio tendrán lugar en Grecia las elecciones nacionales más importantes, no solo de su historia sino de la propia Unión Europea. En un momento crucial para la zona euro, los comicios se atisban como los más decisivos desde la creación de la moneda única y es un nombre, el de Alexis Tsipras, el que suena como uno de los grandes protagonistas. La salida de Grecia de la moneda única puede depender de él.
Los sondeos le otorgan hasta un 28 % de los votos y muchos ven a este político griego, cabeza del grupo de la coalición de la izquierda radical, SYRIZA, y presidente de Synaspismos (SYN), partido político que forma parte de dicha coalición, como el futuro primer ministro griego. La Unión Europea le teme. Una Unión Europea que él ha calificado recientemente en uno de sus viajes a París como «infierno».
El voto en Grecia exige una respuesta europea
- Creado: Martes, 19 Junio 2012 21:14
- Publicado: Martes, 19 Junio 2012 21:14
- Escrito por Por Miguel Adrover
Por Por Miguel Adrover, publicado originalmente en Euroxpress
La UE ha ejercido una presión intolerable sobre los electores griegos para que respaldaran el plan de rescate y el resultado es el apetecido por Bruselas y Berlín. Tras cinco años de recesión, Grecia da otro voto de confianza a Europa, pero no conviene olvidar el resultado obtenido por la izquierda, como aviso para navegantes. La confianza en la UE exige ahora movimientos políticos que demuestren que la solidaridad con Grecia es más que un duro ajuste económico.
La UE ha respirado aliviada por la victoria de los conservadores de Nueva Democracia, que les permitirá formar gobierno con los socialistas del PASOK, es decir, medio año después, Grecia vuelve a la situación política de partida, la que llevó al país a una situación ingobernable, protagonizada ahora por el partido que originó el desastre económico y que falseó las cuentas que se presentaron en Bruselas.
El voto del miedo ha funcionado. Desde Europa, las alarmantes amenazas que auguraban el caos si no era suficiente el apoyo a los partidos que respaldan el rescate europeo han supuesto un ejercicio de presión política que nunca se hubiera aceptado si no se tratara de un país pequeño, periférico y sometido al diktat de Bruselas y Berlín.
Pero los dirigentes de la UE y de los socios principales de la UE solo buscaban un supuesto fortalecimiento de la moneda única de cara a los mercados. Supuesto porque nada hace pensar que la situación mejore, a la vista de que ajuste tras ajuste, los insaciables mercados no frenan las vueltas de tuerca. La espiral que lleva de los recortes drásticos a la paralización de la actividad económica es un hecho, pero es también la exigencia de Angela Merkel y, por tanto, un principio sagrado, por más que la respuesta sea ahondar en la crisis.
Europa condena a Grecia
- Creado: Viernes, 18 Mayo 2012 09:26
- Publicado: Viernes, 18 Mayo 2012 09:26
- Escrito por Por Hugo Cuello
Por Hugo Cuello, publicado originalmente en Euroxpress.
Tras años reafirmando que era imposible que un país saliera del euro, en dos semanas el discurso mediático y de los dirigentes europeos ha cambiado radicalmente. Ahora resulta que «la zona euro puede soportar una salida de Grecia», como afirmaba el ministro de Finanzas alemán. De la cantidad de demostraciones de incongruencia e inopia política de los líderes europeos, probablemente esta sea la más grave. Y si finalmente ocurre, los culpables de que Grecia salga del euro no serán los griegos, sino los líderes europeos.
La salida de un país del euro sigue siendo tan alegal como lo era hace unos años. Haber incluido en los tratados la posibilidad habría creado mucha incertidumbre y abierto un tabú en la UE que se cerró por sus desastrosas consecuencias. Pero desde las elecciones griegas los dirigentes políticos y miembros del BCE -seguidos por un buen número de medios- no han tenido el más mínimo reparo en desandar lo andado y abrir la posibilidad de que Grecia salga del euro ¡Y afirmando que no sería tan problemático como nos habían hecho creer! Eso sí, asegurando que sería una decisión soberana de Grecia, no quieren cargar con esa responsabilidad histórica.
¿Tan peligroso es lo que han elegido los griegos democráticamente que hace imposible su permanencia en la eurozona? Si únicamente vemos como causa del problema la aritmética parlamentaria para formar gobierno nos quedaremos muy cortos. Finalmente todos los partidos con posibilidad de formar gobierno piden lo mismo, desde Nueva Democracia a Syriza: Que se relajen las medidas de austeridad; nada más exagerado ni catastrófico. De hecho, según una encuesta reciente, el 78% de los griegos quieren continuar en el euro (desgraciadamente, es el 75% de los alemanes los que quieren echarles).
Los griegos no lo piden únicamente porque estas medidas estén impidiendo el crecimiento económico al país (lejos de disminuir, la deuda publica ha aumentado estos años), porque sea literalmente imposible cumplirlas (Grecia necesita 30 años de continuo superávit primario al 2,6% para pagar su deuda), o porque saben que la austeridad no ha sido la solución a sus problemas, que son muchos. No, lo piden porque desde que empezaron los «rescates» la situación de los ciudadanos es desastrosa: Un tercio de la población griega ha caído por debajo de la línea de pobreza. Sólo en el último acuerdo, el salario mínimo se redujo en un 22%, se subieron los impuestos (IVA hasta el 23%), se suprimieron miles de empleos públicos, reducción de pensiones, gasto sanitario, se privatizo el agua, empresas eléctricas y un largo etcétera. Y todo acompañado del 20% de reducción salarial y las espantosas propuestas que tenía Nueva Democracia si ganaba las elecciones con amplia mayoría (como privatizar los hospitales, por ejemplo).
El paño de François Hollande y lo que cabe esperar
- Creado: Viernes, 18 Mayo 2012 09:20
- Publicado: Viernes, 18 Mayo 2012 09:20
- Escrito por Paco Audije
Por Paco Audije, publicado originalmente en Euroxpress .
«Está preparado», ha dicho un gran señor de la derecha francesa. Y se refiere a François Hollande. «Creo que es un hombre capaz de lograr síntesis… Tenemos necesidad de equilibrios…», ha declarado Dominique de Villepin. Síntesis y equilibrio: quien fuera primer ministro bajo la presidencia de Jacques Chirac recuerda lo elemental.
Porque la presidencia de Nicolas Sarkozy, su errática y –en muchos aspectos- extremista campaña electoral, han mostrado sus peores perfiles (tenía otros): sus distorsiones de personalidad, su (periódica) falta absoluta de voluntad de consenso. Una suicida, perversa estrategia de inclinación electoralista ante el discurso de la extrema derecha.
Tras Sarko, había varias sombras (más que personalidades), entre otras, su ministro de Interior, Claude Guéant, y su consejero especial Henri Guaino. Tal para cual. El traspaso de poderes simboliza un cambio de estilo, una reducción de la rutilancia vacía, del estrellato político. Ojalá la política diversa, el debate de verdad, la democracia sin discursos de lo ineluctable, regresen.
Porque el rostro berlusconiano de Sarko-Hyde-Jekill trataba siempre de desviar, de amaestrar, de domesticar. Un detalle: en la toma de posesión no estarán los hijos de Hollande y de Ségolène Royal: «Es François Hollande quien ha sido elegido presidente de la República, no una familia, ni los amigos, ni los colegas», ha dicho Royal. Hemos sufrido demasiado tiempo el bombardeo de lo superficial para hacernos olvidar lo sustancial: los ataques al estado social en Europa.