Europa y la crisis de los refugiados

La tertulia de Europa en suma con Jesús Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Ayuda Humanitaria y Nuria Díaz de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.

Núñez Villaverde se califica de europeísta, pero crítico. Sostiene que acoger a los refugiado no es una cuestión de altruismo, sino una obligación; hay que ayudar al que huye de una guerra. Es vergonzosa, pues, la subasta de refugiados entre los diferentes países. Necesitamos a la UE, dice, para resolver los grandes problemas internacionales, lo que no puede acometer un Estado aislado.

Además, sostiene, en la UE somos unos 500 millones de habitantes y los 160.000 acogidos son una proporción ínfima. Turquía y Jordania están mucho más saturadas que nosotros.

El experto afirma que deberíamos adoptar una política de “egoísmo inteligente”, con derechos y deberes. El problema no es que lleguen refugiados, sino que no lleguen, porque tenemos un grave envejecimiento de población en la UE y necesitamos millones de inmigrantes.

Nuñez Villaverde expone lo complejo de la situación siria, con unos 7.000 grupos armados de “rebeldes”, de todos los pelajes, donde está en juego el liderazgo regional entre sunníes y chiíes, y la hegemonía internacional entre Rusia y EEUU. Putin ayuda a Basar el Asad y juega de nuevo la carta de Ucrania. Occidente está con los “ rebeles” y Arabia Saudí y Emiratos del Golfo con el E.I. En la medida en que no haya una solución a esta crisis, seguirá la llegada de refugiados. Y no basta con una solución militar.

Por otra parte, afirma, la UE debe evitar tomar como ejemplo a España que, para evitar la llegada de refugiados llenó los bolsillos de los dirigentes africanos.

Nuria Díaz considera que no es posible saber cuantos refugiados pueden llegar. Habría que conseguir que su llegada se hiciera de manera regulada, que consiguieran visado y asilo antes de iniciar el viaje. Debería haber, afirma, una política global de asilo teniendo en cuenta los derechos humanos. Ahora pedimos a Turquía que retenga a los refugiados a cambio de dinero y de la vaga promesa de retomar las negociaciones para su adhesión. Y está claro que levantar vallas como se ha hecho entre Marruecos y España, no sirve.

En la tertulia se plantea el problema de la política de asilo, porque se puede dar ese estatuto a los sirios, pero no a subsaharianos que también huyen y se pueden crear refugiados de 1ª y de 2ª.

Sigue entretanto la imposible partida a tres bandas, Damasco-Irán-Rusia contra rebeldes-EEUU por un lado y Estado Islámico-países del Golfo por otro, y, de paso, todos contra todos, con los kurdos al fondo, lo que provoca y seguirá provocando la llegada masiva de refugiados, sobre todo de Turquía a Grecia, a un ritmo de unos 10.000 por día. La Unión insiste en que los que huyen pidan asilo en el primer país de llegada, como marcan los acuerdos de Dublín, pero los refugiados siguen su camino con un objetivo principal, Alemania. La canciller Merkel contribuyó al efecto llamada con su posición de apertura de primeros de agosto, pese la las protestas de sus aliados bávaros. Hoy la democracia cristiana merkeliana retrocede en las encuestas. A finales de año puede haberse rebasado el millón de refugiados en ese país. Las capacidades de muchas ciudades alemanas están al límite, la justicia no puede tramitar las decenas de miles de expedientes de asilo. Los costos harán subir los impuestos. Entretanto se dan situaciones surrealistas con la del muy progresista Ayuntamiento de Madrid que, sin que se sepa que haya acogido a un refugiado, exhibe en Cibeles esa pancarta de Welcome Refugees. Patético, señala un tertuliano.

Esta crisis, junto a la del euro, sostiene un participante, está poniendo en juego los fundamentos de la Unión. Si la UE, que es un gigante económico, no puede asumir esta llegada de refugiados, ¿para qué queremos Europa?, pregunta otro tertuliano. Nada nuevo. Europa nunca ha sido una historia de éxito sostiene Alfonso Sánchez, ex corresponsal en nuestra capital común.