La derrota del Brexit “duro”

La tertulia de Europa en Suma con periodistas británicos y españoles.

f1bQue a la primera ministra británica, Theresa May, “le ha salido el tiro por la culata” (expresión española muy expresiva, que en inglés tendría el equivalente, mucho menos gráfico, de backfire) es la conclusión más frecuente e inmediata que se ha formulado en relación con los resultados de las recientes elecciones en el Reino Unido. Conclusión muy certera, sin duda, y cargada de razón.

En la tertulia de Europa en Suma, dedicada a analizar y comentar las consecuencias del resultado electoral en ese país y su posible incidencia en la negociación sobre el Brexit y en el futuro de las relaciones entre Gran Bretaña y la Unión Europea, esa frase del tiro por la culata se escuchó más de una vez para definir, por parte de los intervinientes, el fracaso espectacular de la señora May, en su intento de afianzarse y reforzarse como líder.

La primera ministra, que heredó el cargo, sin pasar por las urnas, tras la retirada de David Cameron en julio del año pasado (a raíz del NO en el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión), convocó elecciones anticipadas en abril de este año, con el argumento de que necesitaba más poder, más respaldo parlamentario y mayor capacidad de maniobra, para negociar con Europa un Brexit que resultara lo más conveniente posible para los intereses británicos. Para ello contaba con aprovechar en su favor, entre otras cosas, la debilidad, las contradicciones y la división en los partidos de oposición: el líder laborista, Corbyn, aparecía como un rival débil y muy cuestionado, incluso en su propio partido.

El resultado de las elecciones ha sido tan catastróficamente opuesto a los cálculos y las ambiciones de Theresa May y sus estrategas de confianza, que no solo el liderazgo y el futuro político de la primera ministra han quedado irreversiblemente en la ruina, sino que incluso el Brexit y sus circunstancias pueden transcurrir por vías muy diferentes de lo que pudo pensarse a raíz del referéndum de junio del año pasado.unnamed2

Los errores espectaculares de la campaña de May y el éxito inesperado de la de Corbyn han ayudado decisivamente a esta situación, como resaltaron, en la tertulia de Europa en Suma, los periodistas británicos Martin Roberts y William Clarke, y la antigua corresponsal de TVE en Londres, Anna Bosch, que destacaron también la arrogancia inaudita de la actitud británica ante la negociación con la Unión Europea, lo ridículo de las referencias a la “relación especial” con Estados Unidos (sobre todo en estos tiempos de Trump en la Casa Blanca) y la pomposidad vacua de Theresa May cuando aludía al papel de Gran Bretaña, ya fuera de las instituciones europeas, como un “país global” .

Con su apoyo a Corbyn, el voto joven, cosmopolita y pro europeo, que se abstuvo en buena medida en la referéndum sobre el Brexit, ha favorecido ahora este corolario electoral, como reacción al resultado de aquella consulta: y ello a pesar de que el actual líder laborista no destaca precisamente por su entusiasmo europeísta, y su papel en la campaña de hace un año, donde teóricamente defendía la permanencia de su país en Europa, fue… nefasto.

CorbynLa clave de la derrota de los conservadores, al margen de su programa en sí (y del malestar creciente en el país, por las desigualdades clamorosas, el clasismo, que no decrece, sino al contrario, y los efectos de la desregulación, que ha favorecido descaradamente a los más ricos y poderosos de la escala social), está en la actitud de Theresa May, en su inconsistencia como candidata, en sus dudas, incongruencias y rectificaciones forzadas, como en el anuncio del llamado “impuesto a la demencia”, que provocó una reacción airada de los pensionistas, ricos y no ricos, que eran los grandes perjudicados), y en el hecho de que, al suceder a Cameron como líder, había asegurado una y otra vez que no convocaría elecciones anticipadas: esos incumplimientos flagrantes se pagan.

Por fin, y con un gran retraso acumulado, la negociación sobre el divorcio entre Gran Bretaña y la Unión Europea se ha iniciado de manera formal. Y lo ha hecho en una atmósfera muy diferente a lo previsto hace solo unas semanas. El nuevo panorama político británico, con una oposición fortalecida y una primera ministra en situación de extrema debilidad (que ha perdido la mayoría absoluta con que contaba su partido y tendrá que depender del apoyo parlamentario de los unionistas norirlandeses), puede favorecer un Brexit mucho menos duro de lo que imaginaban y pretendían los grandes enemigos de Europa. La nueva líder de los conservadores escoceses, Ruth Davidson, se lo ha dejado claro a Theresa May cuando le ha dicho que hay que anteponer las cuestiones y los intereses económicos al control de la inmigración. No puede estar más claro.

dupMay Downing Street

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