Europa: vienen tormentas del sur

La tertulia de Europa en suma sobre las perspectivas de la Unión y la crisis de los refugiados, con Carlos Carnero, director-gerente de la Fundación Alternativa.

f1 5Estamos ante una realidad europea cambiante. Unos años nos sacude la crisis económica, la inseguridad sobre el euro o la salida del Reino Unido. En las últimas semanas, calmada la zona oriental, las aguas del Mediterráneo central y occidental están revueltas y la tempestad sube hasta el norte.

En esta cumbre europea extraordinaria sobre los refugiados, España vuelve a contar en Europa, asegura Carlos Carnero. No es que se hubiera ido, pero para actuar en la Unión hace falta consenso interno y es lo que se está consiguiendo.

Estamos en un momento particular de la Unión, estima el diplomático, porque el Parlamento y el Consejo han cogido muchos vuelos, aunque hay que tener en cuenta que los Estados siguen estando presentes en el Consejo. Y aquí, cada país tiene su voz y voto. Si Italia vota en contra de la modificación de los Tratados, no hay quien lo pare.

Cada vez que hablamos del futuro, hablamos de “arquitectura”, pero también hay que hacer reformas políticas. Por ejemplo: nadie puede demandar a Bruselas una acción en el tema de los refugiados.  Por su parte, el Parlamento está cansado de tomar decisiones para salir del paso.

Mientras algunos países quieren más integración, el presidente del Consejo, Tusk, deja claro que hay dos grupos de países, con visiones diferentes sobre los pasos a dar. Unos quieren debilitar los lazos y dar más peso a las naciones. Otros, por el contrario, están por profundizar la integración. Es decir, estamos divididos entre nacionalistas y europeístas, ante una Europa de distintas velocidades. Resumiendo: hay países que quieren seguir igual, los que quieren solo un Mercado Único, los que quieren hacer más, los que quieren hacer menos y los que desean hacer algo conjuntamente. Entre los que deseamos hacer más hay 19 países, entre ellos España, Francia y Alemania. Entre los que quieren hacer menos, está el grupo de Visegrado.

f1 1En los últimos años hemos ido saltando vallas, afirma Carnero, hasta que últimamente nos hemos dado un trompazo con Italia. Soy optimista, asegura Carnero, pero como primer paso habría, dice, que “romper” el gobierno italiano, ese Movimiento Cinco Estrellas que se ha inclinado ante la Liga.

El ex presidente del Parlamento Europeo, José María Gil Robles,  deja clara la situación, para que no haya equívocos. En la Unión, afirma, están Francia y Alemania, y los demás somos invitados. Así de claro y así de rotundo. Con la crisis se ha establecido un precedente: el que quiere estar, está, y el que no, se va.

En Europa, añade,  avanzamos cuando tenemos que hacer algo en algún apartado, como ahora en Defensa, porque los EEUU se van y sube Putin. En la cuestión de la emigración, puntualiza Gil Robles, haya que hacer una “chapuza” o lo que sea, porque si no habrá consecuencias electorales.

En la tertulia, nuestro compañero Mauro, italiano, estima que dentro de Europa, España se ve como una isla feliz, porque hay dos partidos de izquierda que suman el 40% de los votos, algo que no sucede en la Unión.

En Italia, puntualiza, al menos el 57 % de los ciudadanos apoyan las posturas “radicales” del ministro del interior, Salvino, de cerrar los puertos. Y no estoy de acuerdo, dice, con que Cinco Estrellas sea de izquierdas, no tiene nada que ver con Podemos, por ejemplo.

Calos Carnero subraya que, a diferencia Italia, aquí hemos tenido avalanchas de refugiados y no ha habido una conmoción como allí. Habría que encontrar una solución intermedia: ni Fortaleza Europa, ni puertas abiertas; un punto intermedio que no satisfaga, por supuesto, ni a la izquierda, ni a la derecha. No hay más remedio, para llegar a un acuerdo tiene que haber descontentos.

f1 2P.D.: Algunas consideraciones sobre el caliente tema de los refugiados que enciende la Unión y la escora hacia la derecha.

No hemos visto en los medios, aparte de reportajes emocionales sobre las odiseas, ninguna información sobre origen y ruta de los que llegan de diferentes pises de África, sus alegaciones sobre persecuciones o posible conflicto civil que les impulse a huir.

No hemos visto que significan esas decenas de “menores no acompañados”. ¿Quién les ha pagado el viaje desde su país de origen  y quien el subirse al bote en Libia?, sobre todo cuando se asegura que en los campos del país magrebí son maltratados y humillados. Y teniendo en cuenta que cada año desaparecen cientos o miles de “menores no acompañados” en territorio europeo. No es nuevo, hace más de diez años el escritor siciliano Camilleri hablaba de este problema.

No se informa de que, efectivamente, los botes que salen de Libia no pueden hacer la travesía hasta Sicilia, de manera que los barcos de rescate se acercan a unas millas de Trípoli para recogerlos del mar, como se puede ver en el seguimiento del tráfico marítimo en la página marinetraffic.com.

En Alemania, la bronca interna en la coalición entre democristianos y socialdemócratas es fenomenal. Muchos la dan por finiquitada y a la canciller Merkel, por acabada. El ala bávara de los democristianos quiere devolver en la frontera a los refugiados que lleguen tras haber pedido asilo en el primer país europeo que toquen, como fijan los acuerdos de Dublín. La Canciller no responde y los socialdemócratas, menos.

f1 4La CSU bávara tiene elecciones en otoño y las encuestas le dan un mínimo histórico de votos, apenas el 30%, cuando ha contado habitualmente con mayoría absoluta. A nivel nacional, asciende la ultraderecha dura y xenófoba, Alternativa para Alemania, con el 16%.

La canciller no se arrepiente de su política de puertas abiertas del verano de 2015, que auspició la entrada de más de un millón de refugiados, y que provocó, entre otras cosas, el auge de la AfD.

De fondo, los socialdemócratas se preparan para elecciones generales en septiembre. No se sabe con qué ideas. En las últimas registraron mínimos históricos. Bonito panorama.

 

 

 

 

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