¡Cesó la horrible noche!

¡Cesó la horrible noche! La Libertad sublime derrama las auroras de su invencible luz. Publicado originalmente en loquesomos.org

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Rafael Núñez, entonces Secretario de Gobierno, después Presidente de Colombia, escribió en 1850 estas palabras en el poema que se convirtió años después, en el Himno Nacional colombiano. Expresaba así la alegría por el logro de la independencia tras la, horrible noche del dominio español. La historia de Colombia demostró, de largo y sigue demostrando, que la noche horrible no pasó con la independencia, tan sólo cambió el nombre de los victimarios, en muchos casos ni siquiera de apellidos, pero no de signo, ni de víctimas: el pueblo; los de ruana. «No se ha hecho la ley pal’ de ruana», dice el dicho popular. La ruana, es el poncho corto de lana con el que el campesino colombiano se cubre del frío de la sabana.

El pueblo colombiano, el sufrido, apaleado, herido, asesinado, vejado pueblo de Colombia, tiene todo el derecho a sentir alegría, a celebrar el triunfo de Gustavo Petro y de Francia Márquez, el primer Presidente de izquierdas de la historia de Colombia, frase ya establecida por los medios y la primera Vicepresidenta afrocolombiana, negra, de la historia de Colombia; frase establecida y repetida y muy real. En el caso de ella. Y que duren las celebraciones y que esa victoria se consolide. Pero, ya lo sabe el pueblo luchador incansable de Colombia, lo que viene ahora, no es un camino de rosas.

Por eso, quizá, mi buen amigo y viejo luchador Efraín Viveros, profesor, actual dirigente del movimiento negro de Colombia, de su Cumbé y miembro de LQSomos escribía anoche, cuando ya se consolidaba el triunfo del Pacto Histórico, que

Colombia Nos Estan Matando 1 Lqsomos

«cesó la Uribe noche». Bueno, con que eso sea así, sólo con que quede enterrado el legado del criminal narco-presidente Álvaro Uribe Vélez y de su marioneta, el actual Presidente Duque, se habrá dado un paso de gigante.

Colombia ha ganado una batalla, pero no la guerra. La cruel y sanguinaria oligarquía colombiana, «El Establecimiento» que le llaman allá, no se va a desarmar ni va a entregarse ni va a renunciar a sus ganancias abusivas ni a su estado feudal de relaciones sociales, por una derrota electoral de nada. De eso pueden estar bien seguros. Llevan siglos, con los españoles y tras la expulsión de los españoles, imponiendo por la fuerza su sistema de explotación inmisericorde.

El domingo mismo, día de la votación presidencial, asesinaban en el Cauca a dos dirigentes sociales miembros del Pacto Histórico: Carlos Rivas y Jersái de Jesús Ramírez. Al primero cuando se dirigía a su centro de votación.

Un día antes, en Cartagena de Indias, nueva masacre. Tres personas asesinadas en el corregimiento de Ararca, probablemente por las llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). Paramilitares.

En este año electoral van 47 masacres. 90 líderes sociales y 21 excombatientes de las FARC acogidos a los Acuerdos de Paz, asesinados.

Nadie ha ordenado – y quienes puedGustavo Petro Por La Vida Pacto Historico Lqsomosen ordenar en Colombia son quienes tienen el poder-, la disolución de los paramilitares ni lo va a ordenar, habite quien habite en la Casa de Nariño, sede de la Presidencia. El poder en Colombia, el de verdad, no va a cambiar de manos. Y Petro podrá y lo hará, cambiar a las cúpulas del Ejército y de la Policía, llenas de asesinos, cuyos crímenes están, bien documentados, en los tribunales de Colombia. No se ha hecho la ley pal’ de ruana. Pero los generales, coroneles, comandantes, capitanes, tenientes, etc que cobran de los oligarcas -narco oligarcas- seguirán obedeciendo a quienes mejor pagan.

Gustavo Petro, con su Pacto Histórico, de amplio espectro, plantea un Acuerdo Nacional. Gustavo Petro fue miembro de la guerrilla nacionalista del M-19 en su juventud. Pero no por eso era, ni es un rojo-comunista-chavista peligroso, como ha reiterado groseramente la propaganda de la derecha unida colombiana (derecha extrema, también) durante mucho tiempo.

Petro plantea un programa que, como diría en España el viejo dirigente ugetista, no es ni socialdemócrata. Pero es, sin duda, una pequeña revolución para Colombia y su ancestral y retardataria clase dirigente. Sólo con lograr que en Colombia se reforme el sistema político-electoral para que se impida o, al menos, se reduzca considerablemente la compra-venta de votos, ya será un logro. Sólo con que sus «4.000 mayores propietarios», en palabras de Petro, paguen unos impuestos medianamente justos, será un gran avance. Sólo con que, como establecen los Acuerdos de Paz, se devuelvan a los campesinos los 10 millones de hectáreas robadas a mano armada por los terratenientes, será un gran avance. Sólo con que dejen de matar y de matar a quienes reclaman sus derechos o, simplemente, quieren vivir en paz de su trabajo, será un inmenso paso adelante. Sólo con que millones de pobres coman caliente y vivan bajo techo, se habrá dado un paso grande. Sólo con que millones de desplazados internos puedan regresar a sus predios, sólo con que millones de colombianos puedan regresar a su patria, sólo con que…

Petro promete educación pública de calidad y gratuita, ingreso mínimo vital, reforma fiscal, sanidad pública de calidad, cultivos sustitutivos y no Glifosato para la erradicación de los cocales, protección del medio ambiente, cumplimiento de los Acuerdos de Paz boicoteados por el actual gobierno, restablecimiento de las relaciones con Venezuela….

«Lo que viene es un cambio de verdad. Un cambio real. Y en ello comprometemos la existencia, la vida misma». Bien sabe Gustavo Petro, bien sabía anoche cuando pronunciaba estas palabras en su primer discurso tras la victoria, que lo va a tener muy difícil. Lo van a tener muy duro los colombianos. Pero llegará el día en el que se abrirán las grandes alamedas…Y ojalá que sea pronto y podamos celebrarlo con ellos, con los colombianos, con el bravo y sufrido pueblo de Colombia, que tanto se lo merece.