López Garrido: “la salida a la crisis tiene que ser europea”
Un muy nutrido grupo de periodistas, representantes del mundo universitario, profesionales interesados en general por la marcha de la construcción europea, personal de las embajadas de la Unión en Madrid y amigos y simpatizantes de Europa en Suma, se reunió este miércoles, 10 de junio, en las cuevas de la librería (y café-bistro) Fuentetaja-Max Estrella, de Madrid, para escuchar a Diego López Garrido, en una especie de balance anticipado de lo que habrá supuesto la presidencia española, y para comentar, en un vivo intercambio de preguntas y reflexiones en voz alta, el alcance de las sacudidas y los dramáticos cambios de perspectiva que han traído consigo los acontecimientos de los últimos meses en el panorama económico de Europa.
El secretario de Estado para la Unión Europea no se recató en destacar la importancia de las cosas que se han hecho en este período de presidencia española, y las decisiones y los acuerdos que se han adoptado en materias como la violencia de género o la defensa del medio ambiente, la iniciativa legislativa popular o la puesta en marcha de un servicio exterior común…. Pero admitió que este semestre de gestión española será juzgado en definitiva por la forma de responder a la crisis económica y financiera que, como dijo López Garrido, “nos ha tocado”. La crisis, según el secretario de estado, se encuentra en su momento decisivo, y por eso el éxito de la presidencia española se medirá en las decisiones que se alcancen en el próximo Consejo Europeo. “Nos jugamos el proyecto europeo, el futuro del euro”, dijo. “Depende de cómo juguemos en ese Consejo del 17 de junio”.
Durante la tertulia, varios de los participantes expresaron su preocupación por los brotes nacionalistas que parecen haberse desencadenado a raíz de la crisis, por ese resurgir aparente de los resortes y los intereses nacionales a la hora de responder a las dificultades. López Garrido insistió en que no hay salidas “nacionales” a la crisis actual y que solo puede haber una solución europea, una salida europea, y lo remachó afirmando que, en nuestro caso, si no hubiéramos estado en la Unión Europea la crisis habría supuesto un desastre total.
Y esa solución europea pasa, según la visión española, expuesta por el secretario de Estado durante su intervención ante los amigos de Europa en Suma, por una serie de medidas de reforma y modernización que incluyen una adecuada supervisión de los mercados financieros, una coordinación de las políticas económicas de los países de la Unión y la puesta en marcha de la estrategia de crecimiento y empleo: la llamada Estrategia 2020. Todo lo cual supone sentar, de manera efectiva, los fundamentos de un gobierno económico europeo, que es sobre todo en momentos de “crisis tremebunda”, como los actuales, cuando se muestra absolutamente imprescindible.
Y ha sido durante la presidencia española cuando han empezado a aplicarse medidas, verdaderamente sin precedentes, que apuntan a ese gobierno económico europeo, como la decisión de respaldar a Grecia frente a la presión de los especuladores y la de poner en juego ese fondo de 750.000 millones de euros: una especie de Fondo Monetario Europeo virtual, como lo calificó López Garrido, que fue rotundo, por cierto, al afirmar que ya no hay lugar para el endeudamiento indefinido, que la época del endeudamiento se ha terminado, y que es el momento del rigor y la estabilidad en las cuentas. Si no, sería el hundimiento total, el desastre.
Las medidas de recorte, austeridad, ajuste y rigor puestas en marcha en buena parte de Europa para corregir los enormes déficits fiscales, centraron buena parte coloquio y suscitaron interesantes cuestiones sobre el lugar de las ideologías y el papel de la socialdemocracia en momentos como el actual, después de que en los últimos años, por ejemplo, incluso gobiernos de izquierda como el español hayan llevado a cabo bajadas de impuestos frecuentes y sistemáticas para ganarse el favor de ciertos sectores del electorado (un proceso que ahora parece quedar rotundamente en entredicho).
En la charla quedó clara la necesidad de enfrentarse a los problemas con un enfoque y una perspectiva europeos, y de defender el llamado modelo social europeo. Y, en este sentido, Francisco Aldecoa, el decano de Políticas de la Universidad Complutense, defendió apasionadamente que sí que hay lugar y papel para los planteamientos ideológicos, y que la lucha actual es la del mercado contra el Estado, y entre la regulación y la desregulación absoluta.
Y, en general, también hubo acuerdo casi general en que es una lástima que la atención mediática siga sin prestar a los asuntos europeos, y a las cuestiones que se debaten en las instituciones europeas, la cobertura que se merecen en relación con su importancia para la vida de los ciudadanos. Y algunos de los asistentes vieron cierta injusticia en la forma que muchos medios tratan, en general, los asuntos relativos a Europa y al funcionamiento de la Unión.
Y una conclusión de Diego López Garrido sobre la presidencia española: que no se trataba de intentar arreglar en estos pocos meses todos los grandes asuntos pendientes, sino de marcar el rumbo de la Unión para los próximos años.
fotos: Enrique Peris |