¿Es posible en España un partido al té verde?
Se mueve por la ciudad en transporte público. Llega a la tertulia mensual de Europa en suma en autobús. Su imagen apareció profusamente en los medios de comunicación como presidente de Greenpeace España, en las protestas contra la cumbre del Clima de Copenhague, donde fue detenido y encarcelado durante varios días.
Tras abandonar la presidencia del grupo ecologista, que presidió durante diez años, Juan López de Uralde es la cabeza visible del movimiento Equo, que intenta aglutinar las diversas iniciativas verdes en el territorio español. Aunque reconoce, modestamente, que él es uno más de los diversos impulsores de este movimiento, no un partido político, sino una red de organizaciones que comparten un punto de vista.
Sostiene que, en medio de la crisis de la socialdemocracia en Europa y frente a la marea conservadora, la única respuesta progresista hoy es la verde. “El marxismo, como el nacionalismo son movimientos del XIX”, añade. De hecho, Equo ha integrado ya a algunos dirigentes locales de IU descontentos con su formación.
Pero López de Uralde subraya que no hay ninguna prisa en este movimiento para crear una organización política, sino que eso será definido por la propia actividad interna.
“El crecimiento continuo no es sostenible; es necesario superar este modelo porque hoy la actividad del mundo industrial desarrollado repercute en regiones tan alejadas como la Antártida o Alaska”, afirma. Estima que habría que modificar la habitual referencia a los índices de crecimiento del PIB, por los de satisfacción o felicidad. “Pretendemos cambiar los temas del día a día”, subraya.
Pero la cabeza visible de Equo reconoce que mentiría si dijera que hoy tienen un modelo concreto que ofrecer. “Todo está en construcción, que será “sostenible”, comenta con una sonrisa. Tenemos más dudas que certezas, asegura con toda honestidad, pero, añade, “somos un movimiento sociopolítico que no excluye dar la batalla en la política”.