El estado de la Unión en la tertulia de Europa en suma, con José Ignacio Torreblanca, director del European Council of Foreign Relations
Un viejo anuncio de la televisión en blanco y negro exponía el problema: ¿dolor, fiebre, enfriamientos? La respuesta llegaba rápida y contundentemente en forma de combinado de aspirina: ¡Okal!, era la solución.
Cuando se habla de los males de Europa la respuesta de políticos y expertos, más de aquellos que de éstos, suele ser : ¡ Más Europa!, sin que se sepa muy bien que es lo que significa. Sobre todo, teniendo en cuenta que la Unión prefirió la ampliación al Este antes que profundizar las instituciones comunes.
En nuestra querida Europa, se dice continuamente en los medios de comunicación, sufrimos en los últimos meses y años un mal o muchos males multiorgánicos que amenazan con dejarnos en la cuneta de la historia: tras la crisis del 2008, el abismo entre el Norte austero y el Sur despilfarrador, el terremoto político-financiero de Grecia, un pequeño país que representa apenas un 2% del PIB global y que según algunos iba a llevarse por delante todo el continente, la llegada masiva de refugiados, (un fracaso de Europa, dicen los medios, que no apuntan la solución), los atentados en Francia, las “amenazas” en Bélgica que paralizan la capital comunitaria, la suspensión de Schengen, la posible salida del Reino Unido, la desafección creciente de los ciudadanos...
Bien, señala José Ignacio Torreblanca, parece que la cosa no esta grave. Daba la impresión de que todos los problemas procedían del Sur, aunque cada país, cada caso, es muy distinto. Pero el Sur, aún con muchos problemas, está aguantando. Italia, a pesar de los problemas internos y de los populismos, aguanta. Grecia aguanta, a pesar de que la solución de su crisis es muy compleja. España aguanta a pesar de las tensiones nacionalistas y la fragmentación política. Y en Portugal vemos como el histórico Partido Comunista acepta, tras décadas de veto, gobernar con los socialistas. Algunas cosas cambian.
Estimo, añade Torreblanca, que esto se debe a que se mantiene el gran y viejo consenso europeo entre el 68% de los diputados del Parlamento, democristianos, socialistas y liberales. En España, estamos viendo como hasta Podemos se mueve a posiciones más moderadas, dice las cosas que decimos todos en materia de seguridad, por ejemplo. Alemania ha corregido un tanto su actitud, ya no habla tanto de los “vagos del Sur” y ahora echa peste de los socios del Este y Sureste por la crisis de los refugiados. Y aquí nos llevábamos las manos a la cabeza con la entrada de los cayucos que supuso la llegada de 46.000 personas. Eso son apenas dos semanas de entrada de refugiados en Grecia.
Sin embargo, precisa Torreblanca, persisten los problemas porque, como vemos, tras los atentados de París es más fácil para el gobierno francés coordinarse con Moscú que con sus socios. Claro que Basar el Asad no es “ nuestro hijo de puta”, como dicen los yanquis. Es de otros. Y las amenazas del ISIS no permiten ningún tipo de negociación. Simplemente se les destruye o son desplazados por alguien. Y en Bélgica las amenazas terroristas han puesto de manifiesto que los servicios secretos belgas son muy débiles. No funcionan, como no funcionan otras muchas cosas en ese país por la tensión entre flamencos y valones.
En estos momentos, lo más preocupante estima Torreblanca, es la cuestión del asilo y refugio. Podemos responder, dice, de forma nacional o europea, con fronteras duras o con un sistema de valores. Los EEUU, ya se sabe, primero cierran bien sus fronteras y luego negocian. Italia, desde hace años, y ahora Grecia se han comportado de manera muy decente. Pero en esta ocasión Eslovenia y Croacia están actuando de forma nacional y eso será muy difícil de reparar. Y los últimos atentados pueden ser la puntilla de Schengen. Aunque en el apartado de la libre circulación de personas hay casos curiosos como el británico. Cameron no deja de presumir de que los británicos pueden circular libremente por la Unión, mientras que los europeos tenemos que enseñar el pasaporte si vamos a Londres. Eso, en medio de la amenaza del Brexit...
Los atentados de París dejan a Francia, paradójicamente, en un posición de liderazgo que Alemania no puede ejercer. Francia estaba muy desdibujada, nunca creyó en el euro y en los últimos años solo se hablaba de economía, se estaba hablando de cosas que hoy parecen ridículas, como la subida de unas décimas del PIB.
Sobre el tan traído y llevado tema del euroescepticismo, Torreblanca termina diciendo que la gente se puede desenganchar de la idea europea, pero no por cuestiones morales, sino simplemente porque Europa no funcione.
NOTA: sin entrar en teoría conspiranoicas, sería conveniente estar atentos a las crisis artificiales creadas para mantener a la gente en un perpetuo estado de ansiedad, física, mental y emocional, que pretende confundir y desmoralizar a la población para que no pueda elegir su destino.