Noticias de Europa
- Creado: Domingo, 06 Mayo 2018 19:30
- Publicado: Domingo, 06 Mayo 2018 19:30
- Escrito por Enrique Peris, vicepresidente de EuropaEnSuma.
La idea de una política eficaz de información y comunicación es algo que ha preocupado a los responsables comunitarios desde el comienzo del proceso de construcción europea, ya desde la creación de la CECA en el no tan lejano 1951. Y ello, siempre con el muy loable y necesario propósito de acercar a los ciudadanos a las instituciones europeas (y viceversa) y de hacerlos partícipes y protagonistas de esa marcha laboriosa y problemática hacia una mayor integración, que estaba en el pensamiento de los padres fundadores de lo que hoy es la Unión Europea.
Las visiones y las estrategias sobre cómo despertar el interés de la gente por los asuntos europeos y por el trabajo de las instituciones, con sus dificultades, sus logros y sus fracasos, y de destacar la trascendencia de todo eso en la vida diaria de los ciudadanos, han variado en todos estos años, pero sus resultados han sido siempre muy limitados y en general muy frustrantes. La labor de los “funcionarios de Bruselas” (a los que es muy frecuente aludir con tonos reticentes y sarcásticos), el trabajo de los europarlamentarios, las reuniones y los encuentros de los líderes y hasta las grandes decisiones y los hitos en el camino de la unidad de Europa son percibidos como algo elitista, tecnocrático, distante, críptico y alejado de las realidades y los problemas cotidianos de la gente corriente.
Si se admite, como es el caso, que en su día el Tratado de Maastrich, fundamento de la UE, no se le supo explicar suficiente y eficazmente a la gente, lo que trajo consigo rechazos, controversias y malentendidos innecesarios y agotadores, es de temer que las cosas en ese terreno no hayan cambiado mucho. Y eso que la Comisión actual de Jean-Claude Juncker ha apostado por entrar en contacto con la opinión pública europea de una forma más directa, apelando a la transparencia, a una mayor responsabilidad ante los ciudadanos, al compromiso de responder a las preocupaciones reales y a los puntos de interés e inquietud de la gente de la calle, a la que hay que convencer, con hechos, de las bondades de una Europa que se quiere integrada, unida y solidaria. La idea es… hacer cosas, y que las cosas, los hechos, hablen por sí mismos, y hablen bien de la Unión Europea.
Cómo se explica y se entiende Europa, en tiempos de volatilidad global y de impasse europeo.
- Creado: Domingo, 06 Mayo 2018 19:15
- Publicado: Domingo, 06 Mayo 2018 19:15
- Escrito por Mª Dolores Albiac Murillo
Cómo hacer más y mejor periodismo europeo, es lo que nos convoca al seminario. En ese sentido, se trata de introducir más Europa en nuestro periodismo, sea por incluir y vincular mas la agenda comunitaria a nuestra cotidianidad informativa o, al revés, por buscar el ángulo europeo, la reflexión comparativa o continental de los asuntos nacionales y locales. Un enfoque algo distinto de la fórmula propuesta: "la manera más eficaz de comunicar Europa", se nos dice.
Comunicar, es función de los departamentos de las instituciones europeas -y por tanto también de las españolas-, mientras lo nuestro es el periodismo, como aclaró en un reciente artículo, la veterana Soledad Gallego-Díaz, al recomendar no confundir los departamentos de comunicación institucionales o corporativos con las redacciones.
Más allá del matiz, y para no repetir las sesudas reflexiones de los artículos ya publicados, unas pinceladas sobre las 4 preguntas que se nos han formulado: ¿sabemos los periodistas contar Europa; qué o quién nos lo impide; ¿qué nos falta para una buena cobertura y una adecuada pedagogía europeísta, y qué demandan los ciudadanos? Empecemos por el qué o quién....
Unión Europea: primer paso hacia la protección de los alertadores
- Creado: Martes, 24 Abril 2018 13:49
- Publicado: Martes, 24 Abril 2018 13:49
- Escrito por Paco Audije
Tras años de presión, sobre todo por parte de la sociedad civil, y en especial de los sindicatos y asociaciones de periodistas, la Comisión Europea ha publicado una propuesta de directiva para proteger a los denunciantes o alertadores de asuntos de corrupción.
Hablamos de denunciantes que –especialmente- nos indican los manejos de quienes se enriquecen mediante negocios ilícitos y delitos financieros. Y no hay que olvidar que hay una correlación evidente entre el aumento de los índices de pobreza, por un lado, y el enriquecimiento ilícito y la corrupción por otro.
Así que hay que estimar ese primer paso hacia la aprobación de una directiva comunitaria que ampare a los “lanceurs d’alerte” (como se dice en francés) o “whistleblowers” (en inglés). Hasta ahora, muchos de esos denunciantes de la corrupción sufren represalias legales e intimidación de varias clases en estados que consideramos democráticos. Así lo dice un comunicado reciente de la Federación Europea de Periodistas. La fragilidad legal de gente como Hervé Falciani, refugiado en España y a quien detuvieron de nuevo el otro día, es un buen ejemplo.
El cuerpo y el alma de Europa
- Creado: Lunes, 16 Abril 2018 18:37
- Publicado: Lunes, 16 Abril 2018 18:37
- Escrito por Juan Cuesta. Presidente de Europa en suma
Una nueva narrativa europea para una ciudadanía comprometida
Europa, en este momento, debe tener mucho más cuerpo que alma, mucha más materia que espíritu, muchos más proyectos y realidades que ideas inspiradoras.
En un primer momento la narrativa europea giraba en torno al poder de atracción de palabras como paz y progreso; no en vano arrancaba de la nefasta experiencia de las dos guerras mundiales vividas casi exclusivamente en nuestro territorio. Tuvo después un nuevo impulso con la caída del Muro de Berlín, la desaparición de los bloques, el proceso hacia la Unión Política que abre Maastrich y la unificación alemana. Sin duda un excelente soporte para apalancar el trampolín hacia el futuro con palabras igualmente atractivas y propicias para relanzar proyectos como amistad, solidaridad, cooperación. Pero a estas alturas, para las nuevas generaciones europeas, esto es historia y difícilmente se pueden identificar con esta narrativa.
Y llegó 2008 y el estallido de la burbuja, la crisis económica y financiera y, con ella, cifras de parados nunca vistas, aumento de la desigualdad y depauperación creciente de amplias capas de la población. La fe ilimitada en la capacidad de autorregulación de los mercados o la especulación como moneda de uso, chocó bruscamente con la realidad. Y también esos valores, querámoslo o no, formaban parte del tejido de la narrativa europea. Difícil escenario para atraer otra vez a los jóvenes, difícil escenario para crear, para inventar, para motivar. Y sin embargo es más necesario que nunca.