La Presidencia española: entre la ambición y la visibilidad. Por Juan Cuesta

LogoAsoc-02La verdad es que España ha planteado una presidencia enormemente ambiciosa. Las propuestas que el presidente Zapatero ha lanzado para los seis meses de Presidencia española más parecen que fueran un plan quinquenal, por la cantidad de iniciativas y el tiempo necesario para conseguir resultados que un listado de objetivos con fecha de caducidad en el mes de junio. Pero eso no es malo, en absoluto, si lo entendemos como ganas de hacer, de sugerir, de debatir, de proponer... también de conseguir. Pero otra cosa será la eficacia de todo eso: los resultados.

Y, además, el rompecabezas institucional

Porque, además, ahora toca encajar las piezas de un puzzle institucional algo más complicado con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa y la incorporación de un presidente estable del Consejo y de una Alta Representante para la Política Exterior -una ministra de Exteriores en la práctica- con nuevas competencias, entre ellas nada más y nada menos que la de disponer de un Servicio Exterior propio de la Unión.. Ese puzzle es lo que puede dificultar la visibilidad de la Presidencia española, algo en lo que el gobierno había puesto muchas esperanzas para recuperar la popularidad perdida por la crisis. Ahora tenemos agendas que coordinar, protocolos que revisar y desajustes institucionales que habrá que ir solucionando sobre la marcha.

EL Partenón (financiero) se agrieta

logoasoc-02Grecia no es Islandia ni Dubai, ha dicho el ministro de Hacienda griego, Giorgios Papaconstantinou. Debe referirse a que en Atenas no hace tanto frío como en la isla atlántica, ni tanto calor como en el emirato del Golfo, porque en lo financiero las cosas no pintan bien para el país mediterráneo.

La Unión Europea y Gaza

logoasoc-02Europa y su expresión político-administrativa, la UE, es percibida de nuevo, tras la destrucción causada por la invasión israelí en Gaza terminada el 18 de enero, como el organismo que pagará la factura: dividida e incapacitada para actuar, pero moral y políticamente obligada, su condición de proveedor de fondos para la reconstrucción es insoslayable sobre todo a causa de la fuerte simpatía popular en el continente por la causa palestina en su conjunto.

La situación ahora es conocida: el presidente Sarkozy se movió a fondo a primeros de enero, cuando ya había empezado la presidencia semestral checa. Pero su gestión fue, pese a sus esfuerzos (y a llevar allí a fin de cuentas a una distinguida media docena de líderes europeos, incluido Rodríguez Zapatero para una brevísima visita a Egipto, Israel y los territorios) una iniciativa más francesa que europea. La UE como tal solo pudo confirmar que carece de la condición de actor único y global, una situación precaria que la no ratificación del Tratado de Lisboa no hace sino profundizar.

Europa, ¿una Suiza cristiana?

logoasoc-02Los fines de semana otoñales en Alemania son terribles. Frío, hielo y niebla. El mundo se acaba con el cierre de los comercios los sábados, antes a las 14 horas, ahora a las 16. Es tiempo de encerrase en casa y filosofar como decía Heidegger. Con este tiempo, no se puede hacer otra cosa.

TOP