El nuevo acuerdo pesquero UE-Marruecos debe respetar al pueblo saharaui

 

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Este miércoles ha aprobado el Congreso de los Diputados la propuesta no de ley, presentada por el Partido Popular, sobre el acuerdo pesquero UE-Marruecos, con el objetivo de promover de forma urgente ante la Comisión Europea (CE) la renovación del acuerdo con Marruecos.

Ecologistas en Acción, Thawra y PAPPS [1] recuerdan al Gobierno y al resto de grupos parlamentarios que toda la actividad política que se desarrolle en este sentido no debe posicionar los intereses económicos -de las pocas embarcaciones de tipo industrial que se beneficiaban de este acuerdo- por encima de los Derechos Humanos, la soberanía territorial del Sáhara Occidental, las resoluciones de la ONU, y la sostenibilidad ambiental del caladero saharaui. Requisitos que deben estar nítidamente reflejados y regulados correctamente en el acuerdo para impedir cualquier tipo de incumplimiento.

El Acuerdo pesquero entre la UE y Marruecos, bloqueado por el Parlamento Europeo el pasado diciembre, permitía a 101 embarcaciones españolas faenar en aguas de Marruecos, pero también de forma ilegal en las pertenecientes al Sáhara Occidental, donde se localiza uno de los caladeros de pesca más importantes del África Occidental. A su vez, las embarcaciones españolas que han perdido la licencia son todas de tipo de industrial: tienen un gran tamaño (33 metros de longitud media), faenaban a cientos de kilómetros de nuestras costas, y practicaban además un arte de pesca especialmente dañino para el ecosistema marino: la pesca de arrastre, uno de los métodos de pesca más destructivos, a causa de los daños físicos que provoca en el lecho marino y por la gran cantidad de descartes que produce.

El pueblo sirio, entre Bashar el-Assad y los intereses internacionales

Publicado en Euroxpress el 30 de Enero de 2012.

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La combinación entre la presión interior al régimen sirio – protestas populares que interactúan con crecientes ataques de grupos armados al Ejército y a las fuerzas de seguridad – y las sanciones internacionales, están empujando a la familia Assad, que gobierna bajo un sistema de dictadura hereditaria desde hace 41 años, hacia un aislamiento cada vez mayor. La inmovilidad del presidente Bashar el-Assad, que se niega de forma brutal a un proceso de reformas que conduzca a la democracia, ha abierto una gravísima brecha de inestabilidad en una zona vital para los intereses de las grandes potencias.

El número y peso de esos actores otorgan a la crisis siria un carácter sustancialmente distinto a lo ocurrido en Libia. Si en el caso de Gaddafi, la Unión Europea –con Francia y Reino Unido a la cabeza- , y la OTAN , dirigieron una rápida intervención para acelerar la caída del dictador, con Siria el método no parece que pueda ser el mismo.

Hasta ahora, Bruselas ha dosificado una política de sanciones económicas que no busca la asfixia del país, - consciente del riesgo de que esa estrategia provocara un rechazo generalizado de la población - , sino presionar a Damasco para que acepte un plan de reformas que le reclama desde hace tiempo. En el terreno político, la Unión Europea, uno de cuyos flancos más débiles, por no decir casi inexistentes, es la política exterior, tampoco está en condiciones de asumir un papel de liderazgo en la crisis siria y, así, prefiere confiar más en las iniciativas de actores regionales como la Liga Árabe o Turquía – que no renuncia a entrar en la UE y, además se exhibe como modelo de estabilidad- , o intervenir en otros foros como el Consejo de Seguridad de la ONU.

“Grecia debería plantearse salir del euro de una forma elegante y digna”

EuroXpress, portal amigo de Europa en suma, publica una entrevista con el profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y socio de E+, Javier Wranna, que, por su interés, reproducimos a continuación

 

wrana1Grecia vuelve a estar al borde de la quiebra, con una Unión Europea dispuesta a evitarlo pero exigiendo el cumplimiento de los compromisos adquiridos por Atenas por su rescate. La situación «in extremis» se repite una y otra vez. En esta entrevista para euroXpress, el profesor Javier Wrana cree que el perjuicio que está provocando Grecia a la UE es mayor que el beneficio que saca el propio país en esta situación. La opción es salir de la moneda única. Después, plantea algo tan simple como difícil para resolver la crisis de la eurozona: que las cosas se hagan bien. La UE tiene las herramientas.

euroXpress.- La UE parece que se da por satisfecha con las conclusiones del último Consejo Europeo en el que se quisieron conciliar los drásticos programas de ajuste con iniciativas de impulso al crecimiento económico. ¿Qué le parece?

Javier Wrana.- Se ha hablado de impulso al crecimiento, pero se queda en nada, porque lo que están planteando «de facto» son medidas de austeridad. ¿Cómo se concreta el impulso al crecimiento? De eso nada se dice en las conclusiones del Consejo Europeo. La idea parece haber sido no tanto vamos a impulsar el crecimiento, sino vamos a demostrar que tenemos interés porque el crecimiento sea impulsado, sin que haya relajación de las medidas de ahorro.

eXp.- ¿No es posible jugar los dos palos de la baraja a la vez?

J.W.- Cada Estado de la UE, y más en momentos de crisis, tiene sus propias prioridades y el asunto de la Unión Europea se queda en segundo plano. Y la UE como tal no tiene competencias, maneja un presupuesto minúsculo y no tiene capacidad para ayudar, porque el castillo se vendría abajo. El problema de partida es que los países han actuado durante los últimos años de una manera irresponsable, gastando más de lo que podían, usando como ingresos corrientes lo que eran ingresos excepcionales y, cuando la situación ha venido mal, se ha seguido gastando lo mismo. Ahora la cuestión es que se intenta hacer en un año un ajuste que debería hacerse en diez, lo cual es bastante difícil.

eXp.- Pero parece que nadie tuviera soluciones, por ejemplo, para combatir el paro. En Estados Unidos están demostrando que las hay.

J.W.- Claro que los gobiernos europeos tienen ideas de cómo recuperar empleo, pero son ideas que piensan que los agentes sociales no van a asumir. Y no viene al caso comparar con Estados Unidos, porque allí hay una flexibilidad mucho mayor porque la gente está mucho más mentalizada en ese sentido. El problema en Europa es que se introducen elementos de flexibilidad solo por una parte, de modo que puede conducir a que haya más despidos, pero eso no se vea compensado con más empleo.

 

Libertad, censura y derechos de autor en Internet

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Articulo original publicado por Rafael Días Arias en Periodismo Global, la otra mirada.

 

En los días pasados se han librado en Internet varias batallas en las que se juega el carácter abierto de la Red

Son episodios de una guerra vieja, entre los que conciben Internet con un espacio sin regulación ni restricciones -ciberlibertarios- y los partidarios de una regulación que, de alguna manera, traslade las normas del espacio físico al ciberespacio -los reguladores. En esta guerra en la que parece que los contendientes son ciberactivistas y gobiernos son, sin embargo, las empresas el verdadero protagonista emboscado.

Como jurista, siempre he creído que el ciberespacio no puede ser un espacio sin ley, que los estados democráticos deben reprimir abusos y delitos y promover usos responsables. El problema es que al intentar transferir los criterios aplicados al espacio físico se producen distorsiones y restricciones a la libre comunicación horizontal, que no otra cosa es el ciberespacio. Y otra dificutad, aún mayor, es que esa regulación no puede ser más que global, lo que resulta imposible por la disparidad de intereses nacionales y culturas diversas. No me han satisfecho ni las posiciones de los reguladores ni las de los libertarios y sin dejar de reflexionar sobre la cuestión he orientado mis líneas de investigación por otros derroteros.

Ante la virulencia de las últimas batallas me arriesgo a dejar aquí algunas reflexiones, demasiado largas para una entrada de blog y lamentablemente poco concluyentes.

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