De la austeridad al crecimiento europeo en dos semanas

Por Miguel Adrover, publicado originalmente en Euroxpress

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Machaconamente la UE ha estado predicando un mensaje de austeridad a sus socios, a los mercados y a las instituciones durante el último año de crisis de deuda soberana. En unas semanas, sin que la recesión ni el paro hayan dado respiro alguno, todo ha cambiado. Crecimiento es la palabra mágica. Tan mágica que se quiere conseguir sin soltar un euro.

El candidato socialista a la presidencia francesa, François Hollande, se atribuye haber provocado el cambio de perspectiva en la UE, sobre todo, en Alemania, después de que la canciller Angela Merkel, dijera este sábado que estudia una Agenda de Crecimiento para Europa que se debatiría en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de junio.

Sea o no cierto, el detonante Hollande, con su oposición al Pacto europeo de disciplina presupuestaria, ha animado a los socialistas de toda Europa a dar la batalla para relajar las políticas de ajuste en los países de la eurozona, a la vista de los negros resultados que está dando: aumento alarmante de los niveles de pobreza en Grecia y Portugal, un paro insostenible en España y, en general, unas economías que no levantan cabeza sin ningún tirón inversor.

La verdad es que desde Bruselas se viene incorporando la palabra crecimiento a la retórica mediática desde hace tiempo, pero siempre condicionada a la sostenibilidad de las cuentas públicas. Primero ajustar, luego crecer. La realidad es que el ajuste está ahogando a las economías de la periferia europea y el crecimiento se aleja hasta unas fechas tan distantes que nadie sabe si para entonces habrá supervivientes.

El paro europeo es contagioso

Por Gustavo Capdevila, publicado originalmente en Euroxpress

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GINEBRA, (IPS) La situación del mercado laboral mundial sigue deteriorándose y las perspectivas de una recuperación del empleo son escasas por lo menos en los próximos cuatro años, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los retrocesos en el empleo, dice Raymond Torres, director del Instituto Internacional de Estudios Laborales, son importantes en todos los países europeos, particularmente en España.

 

En el informe «Trabajo en el mundo 2012: Mejores empleos para una economía mejor», se apunta que el número de países donde el desempleo aumenta es significativo. Por ejemplo, en más de dos tercios de los países europeos el paro ha crecido en el último año.

«Las mujeres también resultan atrapadas por el fenómeno», explica Torres, porque en muchos casos, «ellas se encuentran en posiciones similares a los jóvenes, necesitados de ingresar a un mercado hermético por la crisis financiera». Pero en el caso de esas mujeres se trata de un reingreso, después de una licencia por maternidad, a un mercado donde no se han creado nuevos empleos, o muy pocos. «Por supuesto, esa es una situación muy difícil».

El alarmante desempleo no se reduce a Europa. En otras partes del mundo se aprecian también escasos progresos. Por ejemplo, en Estados Unidos parecen retroceder los avances que se habían logrado en la reducción del paro, puntualiza Torres. En los países árabes la situación sigue siendo problemática, mientras que en China y otras economías asiáticas se reducen las cifras de ocupación y por tanto aumenta el desempleo. La única parte del mundo en la que, de momento, la tendencia se presenta relativamente positiva es en América Latina. Sin embargo incluso en esa región, se detectan algunos signos de retroceso.

Las proyecciones elaboradas por la OIT sugieren que al terminar este año la tasa mundial de desempleo será de 6,1 por ciento, y habrán perdido sus trabajos otros seis millones de empleados, para llegar a una cifra total de 202 millones. Y el año próximo, habrá 5 millones más en esa situación, por lo que la cantidad global de desocupados se elevará a 207 millones.

Repsol-YPF, una nueva partida de nacionalismo energético

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La expropiación del paquete accionarial de Repsol en YPF ha vuelto a encender la vieja liturgia peronista de la adoración a la patria y a sus salvadores. Le toca el turno ahora a una líder que aspira a ser eterna, Cristina Fernández de Kirchner, jefa de la nueva camarilla de gatos que gobierna el movimiento peronista y el país.

Esta exhibición de euforia renacionalizadora y soberanista, que ya se vió hace una semanas en las encendidas proclamas a favor de la recuperación de las Malvinas, se basa, más allá de la cortina de la demagogia, en intereses económicos y geopolíticos de primer orden. El zarpazo a Repsol se produce en un momento en el que América Latina se posiciona, cada vez más, como un proveedor clave – actual y futuro - de materias primas, y especialmente de recursos energéticos, a Estados Unidos, la eurozona y, sobre todo, al gigante chino. Este potencial exportador ha aumentado de una manera espectacular los ingresos de los Estados y sus reservas de divisas y, además, ha creado una conciencia política regional de fortaleza creciente en la escena internacional.

La herramienta para construir esta nueva identidad latinoamericana, que se expresa en una especie de maraña de acuerdos de colaboración interregionales, - el llamado «spaghetti bowl»- , está siendo el petróleo, el etanol y el gas. Pero el motor que conduce este proceso es la soberanía energética, es decir, la estatalización de la gestión, que no excluye, sin embargo, la participación de empresas privadas. El caso argentino era, hasta hoy, un caso en cierto modo «anómalo», puesto que era el único país de la zona cuya principal empresa energética estaba controlada por una multinacional, Repsol , que la compró en 1992.

Veinte años después de aquella privatización, la globalización económica ha beneficiado a América Latina porque los paises emergentes, como China e India, locomotoras de la economía mundial, necesitan energía para sus industrias y están dispuestas a pagar los altos precios del mercado. Ciertamente, las condiciones han cambiado, y ya se sabe que un aliado peronista es siempre «impredecible». Menem privatizó todo lo que pudo y más. Lo que entonces se vió como desechable es ahora un botín codiciado que se recupera, incluso, a costa de la ruptura de los pactos entre partes y de las reglas internacionales.

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Un informe de la Comisión Europea muestra que, un año después de que la Comisaria de Justicia de la UE, Viviane Reding, hiciera un llamamiento a la adopción de medidas de autorregulación creíbles, no se ha avanzado mucho hacia el objetivo de aumentar el número de mujeres en los consejos de administración de las empresas (véase el MEMO/11/124). Solo uno de cada siete miembros de los consejos de administración de las empresas europeas más importantes es mujer (13,7 %). Ello supone una ligera mejora respecto al 11,8 % de 2010. Sin embargo, a este ritmo llevaría más de 40 años alcanzar un equilibrio significativo entre hombres y mujeres (al menos un 40 % de ambos sexos).

Ha quedado demostrado que la igualdad de género en los puestos superiores contribuye a un mayor rendimiento empresarial, un aumento de la competitividad y la obtención de beneficios económicos. Por ejemplo, en un informe de la empresa de consultoría McKinsey se llegó a la conclusión de que las empresas con igualdad de género tienen unos beneficios de explotación que son un 56 % superiores a los de las empresas en las que solo trabajan hombres. Por su parte, Ernst & Young hizo un estudio sobre las 290 mayores empresas que cotizan en bolsa cuyo resultado fue que los beneficios de las empresas que contaban al menos con una mujer en su consejo de administración eran superiores a los de las empresas en cuyo consejo de administración no había ninguna.

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