La iniciativa ciudadana: Una oportunidad para articular la opinión pública europea

logoasoc-02Que los ciudadanos puedan impulsar la elaboración de nuevas normas en la UE es sin duda una excelente noticia. En primer lugar, porque el solo hecho de que puedan surgir esas iniciativas ya supone un paso adelante de enorme trascendencia en el camino hacia una opinión pública europea. El reglamento indica que es necesario un comité formado por ciudadanos pertenecientes a siete países europeos para lanzar una propuesta y buscar el respaldo de un millón de firmas; y eso, ya obliga a debatir, compartir y avanzar entre ciudadanos de diversos estados. Y, en segundo lugar, porque está comprobado que los políticos no siempre coinciden con las sensibilidades de la ciudadanía. Bienvenido, pues, ese soplo de aire fresco que unos y otros, de aquí y de allá, podamos insuflar.

suecialistapirataClaro que hemos podido asistir a alguna que otra campaña en las que se denunciaba que los controles que el reglamento establece para impedir iniciativas frívolas o vejatorias contribuían a cercenar una iniciativa, de entrada, favorablemente recibida. El circo europeo es variopinto y buena muestra de ello es la propia composición del Parlamento. Parece razonable, pues, que se pueda denegar el registro a las propuestas que sean manifiestamente contrarias a los valores de la Unión.

merkelEn cualquier caso no olvidemos que la finalidad de la iniciativa es que el asunto propuesto se incluya en la agenda de trabajo de la Comisión, pero quede claro que sólo está obligada a prestarle atención y a motivar con claridad su respuesta, en caso de que sea negativa. Y acaba la historia: no hay posibilidad de recurso para este análisis político. Esto podría ser interpretado como una puerta abierta para que la Comisión actúe discrecionalmente y pueda eliminar iniciativas políticamente molestas y ha sido una de las denuncias formuladas por gentes que se reclamaban de radicalismo democrático. Y, en parte, no les falta razón. Claro que, para eso, están las instituciones. Y en este caso el Parlamento, mucho más lejos de los estados, de los gobiernos de los estados y, afortunadamente, de la disciplina de los partidos nacionales. El hecho de que los promotores de una iniciativa ciudadana puedan presentarla en audiencia pública en el Parlamento debe tranquilizar en parte esas dudas democráticas.

El Primer Día Europeo de la Igualdad Salarial pone de relieve las diferencias salariales

Por término medio, las mujeres de la Unión Europea ganan a lo largo de su vida un 17,5 % menos que los hombres. Estasignificativa cifra será puesta de relieve mañana en el Primer Día Europeo de la Igualdad Salarial. Este día - 5 de marzo - indica el número adicional dedías en el año 2011 que las mujeres deben trabajar para conseguir obtener el mismo salario ganado por los hombres en 2010. La Comisión Europea se ha comprometido a colmar las diferencias salariales entre géneros, para lo que publicó, en septiembre de 2010, una estrategia general para la igualdad de género  (cf. IP/10/1149MEMO/10/430). El Día de la Igualdad Salarial de este año, cuyo objetivo es concienciar sobre las diferencias salariales, se celebrará en vísperas del Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo.

«Desde el 1 de enero están trabajando en Europa 97 millones de mujeres, pero sólo están empezando a cobrar a partir de esta semana,» dijo laVicepresidenta Reding, Comisaria de Justicia de la UE. «El Día Europeo de la Igualdad Salarial nos recuerda cuántos esfuerzos hay que hacer para colmar las diferencias salariales entre géneros. En colaboración con los Estados miembros y los interlocutores sociales, vamos a tratar de reducirsignificativamente las citada diferencias salariales en la UE, de modo que algún día ya no será necesario un Día de la Igualdad Salarial para recordar las diferencias salariales entre hombres y mujeres.»

Uno de los principios fundacionales de la UE es «A igual trabajo, igual salario». Estaba recogido ya en el Tratado de Roma de 1957. Sin embargo, los avances en la reducción de las diferencias salariales entre géneros han sido lentos: según las últimas cifras de 2008, las diferencias porcentuales van del 5 % de Italia al 30 % de Estonia. Ello refleja la complejidad de las desigualdades existentes en el mercado laboral.

TVE y las otras

A esto le llaman pluralismo

foto1Si se materializase esa propuesta del Partido Popular de obligar a TVE a renunciar a uno de los dos múltiples que le asigna la Ley General de la Comunicación Audiovisual, despojándose así a la corporación pública de la mitad de los canales de que dispone en el dial de la Televisión Digital Terrestre (TDT), el hecho no sería sino un paso más en lo que parece haber sido una labor constante y sistemática encaminada a reducir al mínimo posible el tamaño y la envergadura de la televisión pública en España. Esa propuesta se muestra, en muchos sentidos, perfectamente coherente con las iniciativas que con ese mismo objetivo han ido tomándose en estos últimos años, bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

foto2A ese propósito han servido decisiones tan significativas e inequívocas como la que se tomó en su día de autorizar dos nuevas cadenas privadas (Cuatro y la Sexta), que ampliaron el bando de los canales “amigos”, para equilibrar de ese modo el panorama y compensar la existencia de las otras dos cadenas, consideradas “hostiles”. En medio estaba TVE, que arrastraba una mala fama, muy justificada (para desdicha, entre otros, de sus propios profesionales), de falta de independencia y de ser instrumentalizada políticamente por el gobierno de turno.

Así, nivelados los bandos y con tantas televisiones privadas luchando por la audiencia, ¿qué falta hacía una cadena pública fuerte y con peso? Es como si alguien pensara: si el gobierno no puede sacar un rendimiento político de la televisión pública, porque eso está mal visto y es una fuente de críticas y de conflictos, entonces…. ¿para qué? ¡Con lo cara que es!

foto3Y es verdad: la buena televisión, de calidad e independiente (y la independencia es algo que no suele gustar a los gobiernos, en especial cuando los deja en evidencia), resulta cara. Por eso, la promesa de desgubernamentalizar Televisión Española tenía que tener la contrapartida de reducir drásticamente su tamaño, su papel, su producción, su actividad….y su plantilla, con ese Expediente de Regulación de Empleo gracias al cual la casa se desprendió (compensándolos generosamente, eso sí, con dinero público) de cuatro mil y pico de los menos de 10.000 trabajadores con que contaba hace cuatro años. Un extraño negocio: para hacer parte del trabajo que desempeñaban esos profesionales veteranos que se fueron, RTVE ha incorporado desde entonces del orden de otros dos mil, más jóvenes y, aprovechando esta circunstancia, peor pagados en general. Y todo, en aras…. del pluralismo, que es la palabra con la que, manejada y manipulada hasta la saciedad, han querido justificar todo lo que se ha hecho.

Luego resultó que los canales “amigos” del gobierno se pelearon entre ellos y se declararon la guerra, y uno de ellos se fusionó (una forma de decir que fue absorbido) con uno de los “hostiles”, en lo que muchos han calificado como una alianza contra natura y que demuestra que en esto no hay amigos ni enemigos sino aliados tácticos o adversarios circunstanciales, sobre todo cuando los problemas financieros aprietan.

Revoluciones y Transiciones

Puede que todo esté dicho sobre los extraordinarios acontecimientos de Túnez y Egipto. La mayoría de los analistas se ufanan prediciendo el pasado. El tono general es optimista. Los análisis de detalle, de los verdaderos especialistas, son más útiles que los grandes frescos de los generalistas, llenos de lugares comunes.

Lo siento. Yo también me sumo a la ceremonia de la confusión con algunas reflexiones generales sobre las revoluciones árabes, que, para no cansar, dividiré en esta entrega, otra sobre justicia y democracia y una última dedicada a porque unas revoluciones triunfan y otras no

Lo que uno ha visto en medio siglo

Como cualquiera de mi generación he sido testigo de varias olas revolucionarias.

De adolescente, me inicié en el interés por la política y el cambio social con las revoluciones del 68. Aparecían como revoluciones juveniles para cambiar de sistema, para arrumbar el conservadurismo, la guerra fría, el capitalismo, el comunismo soviético, para llegar a un nuevo paraíso ácrata.

Las revoluciones del 68 no fueron sólo la de París. También las marchas de los derechos civiles en Irlanda del Norte, el movimiento de los derechos civiles de Estados Unidos, la primavera de Praga… Las revoluciones de los 60 obviamente no fueron genuinas revoluciones políticas, porque no produjeron un cambio de poder. El poder político y económico siguió en las mismas manos, pero los valores cambiaron:  costumbres más libres, cuestionamiento de la tradición y la autoridad, liberación de la mujer, laicidad… Hoy, los que entonces abandonaron asustados el progresismo, como Ratzinger, combaten codo con codo con muchos de aquellos radicales el “relativismo moral”.

En realidad las revoluciones de mayo murieron trágicamente más tarde. En Europa con la locura homicida de la Baader-Meinhof, las Brigadas Rojas, los años de plomo. En España, con ETA, que todavía sigue ahí… Con el terrorismo revolucionario y el terrorismo de Estado. Murió también el espíritu de mayo asesinado por Pinochet y Videla. Lo vivimos como un fracaso y luego poco a poco conocimos el horror y el genocidio.

La que vivimos como una revolución de verdad fue la Revolución de los Claveles. Por fin, un atisbo de luz en el tardo franquismo. Nos sabíamos hasta la tendencia del último capitán y los fines de semana se organizaban expediciones a Lisboa.

Publicado originalmente en el blog del autor: Periodismo Global: la otra mirada

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