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Periodistas de Rusia y Ucrania “contra la agresiva retórica del odio”

Periodistas-en-Kiev-Ucrania-300x225 ”Deben atenerse a la verdad“, dicen, en sus informaciones y en todo tipo de medios de comunicación. La Federación Internacional de Periodistas (FIP) y la Federación Europea de Periodistas (FEP) unen su voz a la de los colegas de Rusia, quienes piden el respeto de los estándares del periodismo ético en los medios de comunicación que informan -en todo el mundo- de la crisis de Ucrania.Periodistas en Kiev Ucrania.

Este llamamiento tiene lugar cuando la FIP y la FEP, así como el Sindicato de Periodistas de Rusia (SPR), han expresado su preocupación por la continua escalada de una retórica altamente agresiva -e infiltrada por el odio- por parte de muchos medios de comunicación de Rusia y de otros países del mundo, en torno a todo lo que sucede en Ucrania. Según el SPR, algunos medios no cumplen con su cometido ni con sus deberes éticos hacia la opinión pública, sino que fomentan las diferencias y los desacuerdos de manera que contradice los códigos profesionales y éticos del periodismo. 

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La-Hora-Europea.Marzo.2014

De algunas propagandas al uso sobre Ucrania y Crimea

Mapa_de_Ucrania El derecho internacional no siempre funciona con la misma lógica que las lógicas paralelas de la historia o la geografía. Rusia ya ha recuperado la soberanía de Crimea. Para Moscú, ahora se trata de ver cómo consolida jurídicamente lo que ya fue antes, mucho tiempo, totalmente suyo. Pero, ¿hay otra perspectiva al otro lado de su limes occidental?

Hay que decir que la historia –aunque ayuda bastante- no puede servir para explicar del todo el derecho internacional, que debe estar destinado siempre a evitar conflictos, no a fomentarlos en el momento presente, ni a justificarlos en el futuro. Putin, sí, desde luego, debería asumir que el derecho también es importante; sus antagonistas occidentales o los de Kiev, también.

No importa que esos soldados embozados no lleven insignias: todos sabemos a quién responden, quién los ha formado y armado. La guerra fría sólo se templó durante una temporada; ahora hay que evitar averiguar cómo se instala (y en qué línea precisa) el nuevo telón de acero. Una forma de hacerlo es hablando bajito sin parar: comportándose como si aún fuera posible el diálogo Moscú-Kiev-Crimea-Berlín-Varsovia-Bruselas-París. Ah, y Londres-Washington, que dudan siempre si deben estar más o menos cerca del conflicto allá en la península de las batallas del XIX.

Hablar de «invasión» con el despliegue naval y militar ruso previamente existente, es inapropiado. Las tropas rusas están allí desde el siglo XVIII. Otra cosa es en función de qué acuerdo, conflicto o norma están –o si deben o no estar- desplegadas en Crimea.

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